Por Daniela Coto el 25 de octubre de 2021 08:07:46 AM CST
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Es muy habitual que cuando nos peinamos, vemos la almohada y notamos que una importante cantidad de cabellos ha caído. Por suerte, en la mayoría de los casos, no hay que alarmarse. Cada día perdemos entre 50 y 100 hebras que se nos caen simplemente porque han llegado al final de su fase de crecimiento, no los perdemos definitivamente, en el folículo capilar volverá a salir un nuevo cabello.
Para comprender cómo es posible recuperar el cabello mediante la técnica del trasplante capilar, en este artículo profundizaremos sobre las tres fases de crecimiento del cabello: anágena, catágena y telógena. Hay que tener en cuenta que la actividad de crecimiento de cada folículo es independiente, es decir, no todos los pelos crecen a la vez. Por eso, decimos que el ciclo capilar es cíclico y asincrónico.
1. Fase anágena
Es la fase del crecimiento, que se puede prolongar de 2 a 6 años aproximadamente. Consta de la formación y crecimiento del pelo en el folículo, que es más ancho en la base que en el tallo. Aproximadamente un 85% de los folículos se encuentran en esta fase
2. Fase catágena
La fase catágena, conocida como de transición o de involución, dura de 2 a 3 semanas aproximadamente. Se caracteriza porque el pelo ya no crece y se desprende de la papila pilosa, de donde se alimentaba. En esta fase se detiene el proceso de crecimiento: el bulbo cambia de forma y toma un aspecto cilíndrico y cesa la producción de pigmento.
3. Fase telógena
En la fase telógena el pelo empieza a caerse, aunque su raíz sigue en el folículo. El folículo comienza a prepararse para la expulsión del pelo, es decir, la fase de la caída. Pero en la mayoría de los casos, comienza de nuevo el ciclo piloso y otro cabello crece en su lugar, volviendo de nuevo a la fase anágena.
Ahora que conocemos el proceso del crecimiento del cabello, trataremos las Fases del ciclo capilar
¿Es posible que tras la fase telógena el cabello deje de crecer?
La alopecia androgénica, la más común, se caracteriza por el deterioro progresivo e irreversible del folículo y una hipertrofia de la glándula sebácea. En estos casos, el cabello se va debilitando hasta que llega un momento en el que deja de crecer y el folículo pierde totalmente la actividad.
Cuando esta pérdida es superior a las 100 unidades al día, podemos empezar a hablar de alopecia, teniendo en cuenta que la cantidad de cabellos en la cabeza oscila entre unos 100.000 y 150.000 aproximadamente.
Para conocer el porqué de la diferencia entre unos tipos de cabellos y otros hay que remontarse a la gestación del embrión, cuando los folículos en los que crece el pelo se desarrollan y se define en cierto modo la calidad y cantidad de cabello. Imitar el proceso de formación de los folículos pilosos es muy complicado por lo que durante mucho tiempo las soluciones más habituales para tratar la alopecia consistían sólo en tratar de fortalecer los folículos.
En la actualidad, con la evolución de las técnicas de trasplante de cabello, la opción del trasplante de cabello a partir de los propios folículos del donante ha cobrado un gran peso como solución efectiva a la calvicie.
Las técnicas de trasplante capilar, como la DHI, se basan en el trasplante de unidades foliculares de la zona donante al área que sufre la alopecia, logrando resultados muy naturales ya que el paciente es el propio donante y su efectividad es sumamente alta hasta un 97%.