Ya casi todo lo que imaginamos es posible o está cerca de serlo. Inteligencia artificial, robots de animales, hasta en e-commerce se ha innovado; esto entre tantas otras cosas impresionantes.
La medicina no se quedó atrás, ya muchas máquinas pueden realizar cirugías, suturas, diagnósticos; pasamos de tecnología que sólo nos dejaba ver los problemas, a tecnología que se encarga de sanar. Los avances son tan perfectos, que un cirujano puede hacer una operación de forma remota (Él estando en Australia y usted aquí en Costa Rica) ¿Fascinante, no?
Las técnicas de restauración capilar no son la excepción, existe en el mercado una máquina que con muy poca intervención humana, escanea el cuero cabelludo del paciente, encuentra y elige los folículos individuales que luego extrae, los cuales, para poder ser implantados, necesitan de incisiones previas hechas en el cuero cabelludo.
¿La máquina lo hace mejor?
¡No! Aún no.
Aunque un trasplante capilar hecho con una máquina puede ser más rápido, carece de la sensibilidad de un humano especialista. Las máquinas no tienen capacidad para adaptarse y sólo repiten un proceso de forma mecánica.
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Si, pueden extraer los folículos más rápido, pero también son toscas y suelen maltratarlos o dañarlos por completo (entonces se pierde la posibilidad de usarlos). Como cada folículo es preciado, los médicos especialistas se enfocan en cuidar cada uno de ellos.
Los sistemas automáticos de extracción capilar no pueden ajustarse al ángulo natural de cada cabello individual y hacen todas las extracciones de forma perpendicular; y cada implantación se hace sin la posibilidad de elegir la profundidad, ángulo y dirección de cada cabello. También; como toda máquina, se calienta; el propio calor de la máquina suele dañar los folículos adyacentes y los extraídos. Además que el diámetro de la herramienta utilizada es sumamente gruesa dejando una cicatriz y un agujero más grande y por ende no queda un resultado favorable para el paciente en el lugar de extracción, pueden quedar huecos visibles atrás y notarse.
Los humanos van ganando
En el método DHI no se usa ningún sistema automatizado y todo el procedimiento se realiza por un médico especialista. El médico puede extraer e implantar cada folículo considerando su dirección, profundidad y ángulo que considere más apropiado para que el resultado sea impecable.
Solo las manos de un médico especialista le aseguran hasta un 97% de efectividad por cada folículo implantado y que el resultado sea de aspecto completamente natural, sin dejar cicatrices en el cuero cabelludo. Además el diámetro de las herramientas son muy pequeñas minimizando casi de manera total o nula marcas, cicatrices o algún agujero en el cabello donde existió la extracción. Los diámetros son de 0.6mm a 1.0mm dependiendo de la zona donde coloca el cabello y el grosor del mismo.
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Los sistemas automatizados son muy interesantes, pero se quedan cortos ante los humanos. En DHI comprendemos que cada trasplante capilar es único y que diseñar una cabellera es arte; algo en que las máquinas todavía no superan.
Si quiere aprender más sobre el implante capilar
y de nuestra Franquicia Internacional que lo hace posible, puede consultar aquí: